
Cuando las opiniones y las formas de comportamiento se han impuesto,
Cuando se han convertido en costumbre o tradición
No podemos seguir reconociendo en ellos un elemento de controversia.
El orden vigente es mantenido por una parte,
por el miedo al aislamiento y a la necesidad de aceptación;
por la otra, por la exigencia pública, que tiene el peso de la sentencia de un tribunal,
de que nos amoldemos a las opiniones y a los comportamientos establecidos.
Elizabeth Noelle-Nevian